SALMOS Capítulo 39
- Home
- -
- biblia
ANTIGO TESTAMENTO
- GENESIS
- EXODO
- LEVITICO
- NUMEROS
- DEUTERONOMIO
- JOSUE
- JUECES
- PRIMER LIBRO DE SAMUEL
- SEGUNDO LIBRO DE SAMUEL
- PRIMER LIBRO DE LOS REYES
- SEGUNDO LIBRO DE LOS REYES
- ISAIAS
- JEREMIAS
- EZEQUIEL
- OSEAS
- JOEL
- AMOS
- ABDIAS
- JONAS
- MIQUEAS
- NAHUM
- HABACUC
- SOFONIAS
- AGEO
- ZACARIAS
- MALAQUIAS
- SALMOS
- JOB
- PROVERBIOS
- RUT
- CANTAR DE LOS CANTARES
- ECLESIASTES
- LAMENTACIONES
- ESTER
- DANIEL
- PRIMER LIBRO DE LAS CRONICAS
- SEGUNDO LIBRO DE LAS CRONICAS
- ESDRAS
- NEHEMIAS
- ESTER SUPLEMENTOS GRIEGOS
- JUDIT
- TOBIAS
- PRIMER LIBRO DE LOS MACABEOS
- SEGUNDO LIBRO DE LOS MACABEOS
- SABIDURIA
- ECLESIASTICO
- BARUC
- CARTA DE JEREMIAS
- DANIEL SUPLEMENTOS GRIEGOS
NOVO TESTAMENTO
- EVANGELIO SEGUN SAN MATEO
- EVANGELIO SEGUN SAN MARCOS
- EVANGELIO SEGUN SAN LUCAS
- EVANGELIO SEGUN SAN JUAN
- HECHOS DE LOS APOSTOLES
- CARTA A LOS ROMANOS
- PRIMERA CARTA A LOS CORINTIOS
- SEGUNDA CARTA A LOS CORINTIOS
- CARTA A LOS GALATAS
- CARTA A LOS EFESIOS
- CARTA A LOS FILIPENSES
- CARTA A LOS COLOSENSES
- PRIMERA CARTA A LOS TESALONICENSES
- SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES
- PRIMERA CARTA A TIMOTEO
- SEGUNDA CARTA A TIMOTEO
- CARTA A TITO
- CARTA A FILEMON
- CARTA A LOS HEBREOS
- CARTA DE SANTIAGO
- PRIMERA CARTA DE SAN PEDRO
- SEGUNDA CARTA DE SAN PEDRO
- PRIMERA CARTA DE SAN JUAN
- SEGUNDA CARTA DE SAN JUAN
- TERCERA CARTA DE SAN JUAN
- CARTA DE SAN JUDAS
- APOCALIPSIS
1 Del maestro de coro. De Iedutún. Salmo de David.
2 Yo pensé: «Voy a vigilar mi proceder
para no excederme con la lengua;
le pondré una mordaza a mi boca,
mientras tenga delante al malvado».
3 Entonces me encerré en el silencio,
callé, pero no me fue bien:
el dolor se me hacía insoportable;
4 el corazón me ardía en el pecho,
y a fuerza de pensar, el fuego se inflamaba,
¡hasta que al fin tuve que hablar!
5 Señor, dame a conocer mi fin
y cuál es la medida de mis días
para que comprenda lo frágil que soy:
6 no me diste más que un palmo de vida,
y mi existencia es como nada ante ti.
Ahí está el hombre: es tan sólo un soplo,
7 pasa lo mismo que una sombra;
s e inquieta por cosas fugaces
y atesora sin saber para quién.
8 Y ahora, Señor, ¿qué esperanza me queda?
Mi esperanza está puesta sólo en ti:
9 líbrame de todas mis maldades,
y no me expongas a la burla de los necios.
10 Yo me callo, no me atrevo a abrir la boca,
porque eres tú quien hizo todo esto.
11 Aparta de mí tus golpes:
¡me consumo bajo el peso de tu mano!
12 Tú corriges a los hombres,
castigando sus culpas;
carcomes como la polilla sus tesoros:
un soplo, nada más, es todo hombre.
13 Escucha, Señor, mi oración;
presta oído a mi clamor;
no seas insensible a mi llanto,
porque soy un huésped en tu casa,
un peregrino, lo mismo que mis padres.
14 No me mires con enojo,
para que pueda alegrarme,
antes que me vaya y ya no exista más.
Copyright © Libreria Editrice Vaticana